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Elízabeth Torres

Elizabeth Torres, Bogotá, Colombia,1987. Poeta, artista multimedia y traductora. Autora de más de 20 libros de poesía, con los cuales ha viajado por Asia, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Elizabeth reside en Dinamarca, donde dirige la galería Red Door y una revista cultural bajo el mismo nombre, así como el podcast Red Transmissions. Es parte del comité organizador Litteraturcentrum SVU, Suecia – y trabaja como escritora, traductora y coordinadora cultural en los países Nórdicos.

Ha participado en numerosas conferencias y festivales de poesía, entre ellos Festival Latinale en Berlin, el Festival de Literatura de Copenhague, el Festival de Mujeres Poetas en el País de las Nubes en Oaxaca, el Festival Metáfora en Quetzaltenango, el International Poetry Festival of Jonkoping, Sweden, y el Festival Internacional de Poesia de Medellin, Colombia. En el 2019, una selección de poesía se publicó traducida al Danés por Det Poetiske Bureaus Forlag en Dinamarca, con traducciones por Malene Boeck Thorborg. En el 2020, su libro The Ways of the Firefly fue publicado en Inglés y Alemán, con traducciones por Klaudia Ruschkowski, publicado por la editorial Moloko Plus.

http://www.madamneverstop.com

Selección de poemas del libro: Los Métodos de la Luciérnaga, traducciones por la autora
(Impreso en Inglés y Alemán) Moloko Print, 2020

I
¡A la carga!  

Las gaviotas planean por el cielo con facilidad
saben lo que buscan
y dónde encontrarlo
dejan escapar un chillido aquí y allá
que tizna las canciones del océano
con indicios de comedia
luego desaparecen en el horizonte.
Lo restante son las olas galopantes
llegando y llegando
pero nunca acá.

La gente acostumbra tener ideas,
soluciones a problemas que no has presentado,
urgencias y fechas límite para ajustar los zapatos
todo bajo el pretexto de afecto.

La gente se preocupa tanto por cosas que no les incumben
siempre encontrando trucos nuevos para tu salvación
la gente no sabe más que intervenir
les confirma su don de dios
y amplio corazón.

Yo planeo sobre las calles con gran facilidad
sé lo que estoy buscando
y dónde encontrarlo
dejo escapar un chillido aquí y allá
que tizna los días con indicios de comedia
luego desaparezco entre la noche
lo restante son las chispas de fuego
llegando y llegando
pero nunca
acá.

II

Estado actual 

Aflicción, hambre, insomnio
resaca, migrañas y domingos
una caja de secretos bajo la cama
que aún no te atreves a descubrir
el olor de bananas podridas en el pasillo
el chillido de las ratas en la calle
o acaso es ansiedad
verano e inverno
malas noticias en la tele
un deseo empezando a formarse
en las pupilas.

Por el olor
sabes que no vas de maravilla
pero vas,
y eso es kilómetros de ventaja
del pronóstico de cualquiera.

III

Noción colectiva 

El asunto con el luto,
querida luciérnaga
es que es muchas entidades en una
todas necesitadas de atención e imprudentes
cada una requiriendo su propia medicina.

A estas horas ya entendí
que la gran sombra de lo que sucedió
no se va
está muy presente
y a veces toma el mordisco más grande durante la cena
el hueco más cómodo en el sofa
el segundo más inapropiado
para su instante de fama.

También me doy cuenta
que otros pueden verla
no como un brillo extraño en la esquina del ojo
o una vieja cicatriz de guerra
sino muy vívidamente
y después de reconocerla rápidamente
le clavan un par de golpecillos a ver si se mueve
si es rabiosa
si suena como pájaro de buen plumaje
o es cobarde como lagartija
y luego se cansan
y sin preguntar
la superan y pretenden que ya no está.

No es precisamente que pida que se reconozca esta aflicción
por nombre y apellido
ni que tenga su propia silla al sentarnos a la mesa
ni que me cuenten cada vez que la ven, qué forma tiene
porque yo también la veo – vivo con ella
yo me encargo de su tratamiento
sola lidio con sus berrinches.

Lo único que digo es
de vez en cuando sería lindo
si a todas las entidades nos preguntaran abiertamente
si queremos salir a pasear un rato
si alguna de nosotras necesita distraerse
si esta o aquella piedra pueden lanzarse al mar
en nuestro recuerdo.

IV

Herencia 

Estas ansias
ese cansancio
un par de esas piedras en el camino
los ladrillos de aquella pared
el secreto bajo luz de vela
esta sensación cálida
ese recuerdo cándido
esos asquerosos zapatos
una cita al dentista
el nombre de un insecto
un silencio
la cuenta, sin duda alguna

Un atardecer o una colección entera
pegada a las páginas de un libro
en el que nadie quiere mirar
la necesidad urgente de contratar abogados
un hueco bajo la tierra que ahora es mi palacio
un reflejo de luz, a veces

Esta furia / aquella rabia / esas lágrimas
las miradas de los vecinos
una carta
la responsabilidad social
un instante de verdad
en una hilera de instantes de verdad
detrás de cámara

Un truco mágico
un acto de desaparición
una transferencia de dolor
qué si no el mundo entero
en absoluto

Y digo no / y digo por qué / y grito como un espíritu desquiciado
pero igual les sigo la corriente
todo esto
mío.


….

Visión

Veo un río amazónico e hirviendo:

En sus olas
una multitud de cuerpos bailan
elevan hogueras, cantan
sus canoas llenas de flores e inciensos
El río es rojo y yo observo desde el puente.

A mi lado una bruja
la mitad de su rostro es una anciana
la otra mitad es una niña

Le digo:
Quieres ver cuánto me duele?
Así me duele, grito, señalando al agua

El tsunami rojo se eleva hasta el infinito
los cuerpos desaparecen en sus mandíbulas
como erupción desde el centro de la tierra

Así me duele
Arde.
Arde.

II
Delirios Apagándose

Rabia de la rabia. Rabia de sangre en luna llena. Rabia de sombras derramándose hacia dos orillas distintas. Rabia de la flecha certera. Rabia también del ciervo y su presentimiento. Rabia de tantos años en abismo. Rabia de agujero negro. Rabia ancestral, milenaria, incandescente. Un río un animal una pulsera de campanas en el pie derecho. Escucha mi rabia galopando hacia la noche. Rabia en singular. En vertical. En vertigo. Rabia de lirios apagandose. Hemos llegado a la desembocadura. Este es el destierro. La orfandad. Hora de cortar los hilos dorados. Hasta aquí, amor, hasta aquí.

III

La Herida Invisible

La herida invisible se derrama por todos lados:
No hay membrana ni guerrero ni beso que nos despierte.

La palidez empezó por el pecho
y ahora se van cayendo uno por uno todos los caprichos
Todas las fascinaciones ahora son de piedra
asfalto como tus ojos
como tus venas / como tus risas / como tus gritos que parecen caballos de agua
huyendo en vertical hacia las sombras
como tus dedos cruzándose sobre ríos de sudor y tormento.

Nuestro amor es una zona de derrumbes
yo, sin mis anzuelos a su orilla,
pena de muerte,
salida de emergencia
sé ahogarme en tu vertigo pero no logro salvarnos

El alma deshojándose al otro lado del espejo.

y qué de los espacios intermedios
de sus calles estrechas donde no entró la cordura
de sus bombillos rotos / telarañas fosforescentes
qué de las cuevas donde abandonamos nuestras primeras pieles
la luz blanca
el sobresalto
la leyenda

Aclaración: las regiones que dejamos sin habitar,
aún nos esperan.

Aclaración: las regiones que dejamos sin habitar,
aún nos esperan.

Aclaración: las regiones que dejamos sin habitar,
aún nos esperan.

IV

Distintos Espantos

Si no entiendes amor
las lenguas con las que te acaricio
no las cortes
que no vuelven a nacer.

Vienen de un trozo de astro distinto
de la condena de los desaparecidos
cada sílaba es un pájaro migrando al sur
reposando en tu hombro
reclamando un poco de agua
no las espantes
no borres sus nidos de tu boca
que después
sus hijos
no sabran volver a tí.

Tu y yo no somos el mismo espanto
pero vamos aprendiendo a reflejarnos
no busques mi origen
no intentes traducir los dialectos de mis habitantes
dejalos bailar en tu cuerpo toda la noche
dejalos perderse en tu furia toda la vida
dejalos tejer con su sangre
los pedazos de ti que cayeron en la guerra.

Pero por favor,
no te consideres arqueologo
cada vez que te lleven a mi núcleo.

Y si a veces
son solo ruidos insensatos los que te llaman
solo tormentas, estornudos y naufragios
en una esquina un perro rabioso lamiéndose las patas
y el resto solo incendios
¿Qué ganas con hacerte jaula?
¿Qué ganas con domesticar el grito?
¿Con qué flecha intentas apagar el sol?

Si no entiendes amor
las lenguas con las que te acaricio
de pronto ya nos vamos apagando
de pronto se cumplió la maldición de los ancestros
de pronto nos llegó el fin del mundo

y ni cuenta nos dimos.

V

El Barco:

Insomne gigante malherido.
Que si una vez fue guarida de luciérnagas,
que si una vez fue gaviota o trozo del vestido
del amor esperante en otro puerto,
que si una vez supo el lenguaje de los otros,
que si una vez fue escriba de los astros
que si una vez los espacios intermedios
o al menos humedad entre los muslos
ya no importa.

El barco carcomido por la culpa.
El barco sólo huesos y tumbas de insectos,
el barco se abandona;
quiere sepultarse en la ceguera,
quiere agonizarse de vigilias.

El barco cruje y se retuerce en el útero del mar.
El barco se infecta de todos los secretos de los náufragos
y por lo tanto toda rabia
de ámbar y de musgo
se le aferra a la punta de los pies.

El barco escupe demencias desde todas sus arterias
gruñe / aúlla / se violenta / se nocturna

El barco es rojo y sus lámparas danzan un vals marino
el lúgubre baile de los entristecidos
el barco es un sollozo suicida
una ráfaga de pánico incurable.

Y yo, en su centro,
sin chaleco salvavidas,
sin libro de instrucciones,
sin capitán….
sin haber aprendido a nadar,
de repente ardiendo
con las más inapropiadas ansias de existir.


Baúl de Recuerdos:

Biografia versión extensa:

Elizabeth Torres, Bogotá, Colombia,1987. Poeta, artista multimedia y traductora. Directora de la revista Red Door y la galería en Copenhague con el mismo nombre.

Inicia su carrera como escritora a corta edad, impulsada por la publicación de su libro “Preguntas sin Respuesta”, premiado por la Cámara Colombiana del Libro al “Mejor Libro del Año en Poesía”1999. El mismo año, es condecorada con la Medalla al mérito “Policarpa Salavarrieta” en el Grado de la Gran Cruz por la Asamblea Departamental de Cundinamarca por su conciencia poética y mensaje de paz durante tiempos de conflicto.

A los 11 años viaja a los Estados Unidos, continuando su educación y trabajo poético en Inglés y Español. Primer lugar en el premio de poesía Spirits in the Words de Daimler Chrysler y galardonada Live Your Life role model por American Eagle Outfitters en USA y Canadá. Estudia Medios & Cine y Bellas Artes en Kean University donde es nombrada Poeta en Residencia, y luego se muda a Nueva York donde participa en la creación del colectivo Poetas en Nueva York y funda la revista Red Door Magazine.

Autora de más de 20 libros de poesía, con los cuales ha viajado por Asia, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Elizabeth reside en Dinamarca, donde dirige la galería Red Door, la revista Red Door y el podcast Red Transmissions. Es parte del comité organizador Litteraturcentrum en Suecia y organizadora cultural activa en los países Nórdicos.

Ha participado en numerosas conferencias y festivales de poesía, entre ellos Festival Latinale en Berlin, el Festival de Literatura de Copenhague, el Festival de Mujeres Poetas en el País de las Nubes en Oaxaca, el Festival Metáfora en Quetzaltenango, el International Poetry Festival of Jonkoping, Suecia, y el Festival Internacional de Poesia de Medellin, Colombia. En el 2019, participó en el Festival internacional At the Fringe, Tranås, Suecia.  Una selección de poemas ha sido traducida al Danés por Malene Boeck Thorborg, publicado en el otoño del 2019 por Det Poetiske Bureaus Forlag en Copenhague. Sus libros “The Ways of the Firefly” y “Would you like to come home?” se publican en Inglés y Alemán, con traducciones por Klaudia Ruschkowski, en el 2020 por la editorial Moloko Plus.